El continente africano acoge una gran variedad de culturas, caracterizadas cada una de ellas por un idioma propio, unas tradiciones y unas formas artísticas características. Aunque la gran extensión del desierto del Sahara actúa como barrera divisoria natural entre el norte de África y el resto del continente, hay considerables evidencias que confirman toda una serie de influencias entre ambas zonas a través de las rutas comerciales que atravesaron África desde tiempos remotos.
En numerosas tribus indígenas de África, el arraigo de la tradición artística autóctona ha permitido el mantenimiento de diversas manifestaciones estéticas hasta épocas relativamente recientes. De hecho, es precisamente a partir de principios del siglo XX cuando este arte comienza a ser apreciado en Occidente, primero por los representantes de la vanguardia y después por museos y público en general.